VIVE, en mayúsculas y libérate del sufrimiento.

Decir de Rosi Méndez que es una escritora valiente no es ninguna declaración de intenciones, sino la constatación, tras haber recorrido palmo a palmo cada rincón de su obra, de que es una autora capaz de enfrentarse a «mostruos» como la ansiedad o el Toc sin más espada que su afilada y afinada narrativa, ni más escudo que su atrevimiento para desnudar su alma.

Elegí ser Libre es un libro tan descarnado como descarado, pues su narrativa, lenguaje o ejemplos vitales van siempre de frente, sin medias tintas, buscando el camino hasta el entendimiento y la conexión con el lector, al que no deja ni en un sólo párrafo de tener presente.

Rosi, además, maneja las cartas de navegación narrativa con atrevimiento, sin ir de farol, regalando pistas, adelantando emociones venideras, propiciando intrigas y manteniéndose fiel a su cuaderno de bitácora.

Su objetivo, generar conciencia y empatía con la realidad de las enfermedades mentales, a la vez que ser útil para quienes las están viviendo, por lo que merece encuadrarse con honores en la narrativa terapéutica.